Exploramos un precioso lugar abandonado, un hotel intacto en Francia que anteriormente fue un impresionante castillo que soporta una tremenda y vergonzosa historia por su actuación en la Segunda Guerra Mundial que mancó su nombre.
Cuando entramos en lo que actualmente es un espectacular hotel, no éramos conscientes que estábamos pisando un lugar que forma parte de la historia de Europa más oscura y macabra del siglo pasado, de haberlo sabido, probablemente nuestro recorrido habría tenido una mirada muy distinta, muy pronto sabrás porqué.
Llegamos al hotel casi por casualidad, de hecho fue una gran sorpresa encontrar un sitio tan magnífico totalmente intacto. Teníamos la sensación de que en cualquier momento se acercaría un botones para indicarnos el camino a la habitación, o nos cruzaríamos con algún otro huésped elegantemente arreglado para asistir a una cena de gala.
Para que estés en situación, este lujoso establecimiento, adquirió la estructura que estamos viendo en la década de los 90, cuando un empresario adquirió esta gran construcción de tres plantas para rediseñar y convertirla en un hotel lleno de comodidades y servicios tales como restaurante, piscina y diversas actividades de ocio.
Con toda la ilusión del mundo, reconocimos el lugar y nos pusimos a grabar. Curiosamente, en la planta superior, y sin motivo aparente que lo justifique, la cámara no recogió absolutamente nada de audio, 15 minutos de preciosas estancias sumidas en el más absoluto silencio, silencio que se interrumpió nada más pisar las escaleras que bajaban a la segunda planta.
¿Ocurrió algo en la tercera planta relacionado con los dramáticos hechos que aquí acontecieron que interfirieron en nuestra grabación? No somos especialmente sensitivos, pero nos hizo pensar.
El castillo se construyó en la segunda mitad del siglo XIX, durante el mandato de la dinastía Bonaparte que conformó el II Imperio Francés. A lo largo de más de 60 años, no hubieron hechos particularmente reseñables, hasta finales de los años 30, época en la que el mundo estaba a punto de enfrentarse a la Segunda Guerra Mundial.
Los alrededores del antiguo palacio, están situados en una zona que era relativamente tranquila y pacífica, con bajos índices de inmigración y un clima social agradable, sin embargo, el estallido de la guerra y la presión Alemana contra todo aquello que no fuera la “raza aria”, provocó un gran éxodo de refugiados procedentes del noreste de Francia hacia otras zonas del país, incluyendo esta localidad.
Durante los dos primeros años de la guerra, el castillo, como tantos otros, fue reconvertido en un centro hospitalario para atender a heridos de guerra, sin embargo, las cosas cambiaron en 1942, cuando algunas importantes ciudades francesas cambiaron su política con los inmigrantes llegados al país con posterioridad a 1936, los refugiados de guerra y en particular, la política anti judía, excluyendo inicialmente a la comunidad judía para luego pasar a ser perseguida.
Se realizaron diferentes redadas en la zona que había pasado a tener un amplio número de inmigrantes y exiliados de guerra, pero se cebaron en particular con los judios que, fueron agrupados en distintos centros, siendo uno de ellos el castillo. El asunto podría haber quedado aquí, sin embargo, bajo ciertos acuerdos con Alemania, un importante volumen de judíos fueron enviados a zona ocupada para ser trasladados al campo de concentración de Auswitch.
El castillo cuenta con una dramática carga a sus espaldas, casi 200 personas de las que allí se agruparon, que incluía un importante número de mujeres y niños, fueron parte de un destacamento que acabó en el campo de concentración. Y para que nunca sea olvidado, así consta en la placa conmemorativa en honor de estas víctimas de guerra que se encuentra en el hotel.
En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundual, en una especie de acto de constricción, el castillo se destinó al uso y disfrute vacacional de los hijos de los judíos heridos o fallecidos durante la guerra. Fue tal su vinculación con la comunidad judía que diversas personalidades de otros países se interesaron por el lugar, pasando allí incluso largas estancias … Y así fue hasta finales del siglo XX, cuando cayó en manos de un empresario hotelero, pero esa parte de la historia, ya la conoces.
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