La exploración, comenzó mal. La humedad en el ambiente era intensa, muy intensa, de hecho, era tan intensa que costaba respirar, es como si el aire pesara y tuviéramos que hacer un esfuerzo en las inspiraciones para que llegara a los pulmones.
El suelo estaba cubierto por un manto de rocío que brillaba con la luz de la luna. Una estampa realmente preciosa por la que teníamos que caminar hasta llegar a nuestro destino, la casa abandonada que vas a ver.
Parecía un paseo de cuento de hadas, si no fuera por lo resbaladizo que estaba el suelo y el frío que pegaba con dureza, aunque lo peor, estaba por llegar, una sorpresa nos aguardaba en la entrada de la casa.
Ahora parece algo cómico, pero cuando abrimos la puerta de un granero que no ofrecía más resistencia que una pequeña cuerda sujetando dos destartalados portones que estaban de pie por gracia divina, y nos encontramos frente a frente con una enorme sombra desdibujada que nos mira fijamente a dos metros de distancia, se nos congeló la sangre.
¿Qué narices es eso?
¿Un jabalí?
¿Un trol?
¿Yeti?
Tras unos segundos que parecieron horas, la vista comenzó a acostumbrarse a la oscuridad y pudimos ver que se trataba de un pony que probablemente, debía tener el mismo miedo que nosotros por la irrupción que realizamos en su remanso de paz.
Sólo de pensarlo nos entra risa, pero cuando estábamos en un lugar remoto, de noche, con frío, cansados, y se nos queda mirando un animal que sólo su cabeza es más grande que las nuestras juntas, no parecía tan divertido, así que decidimos ponernos a hacer el ganso para evitar una coz y ves a saber qué.
Dimos la vuelta a la casa, buscamos otra entrada, volvimos a la puerta por la que habíamos accedido al recinto a ver si había marchado en pony, pero no … Allí seguía, quieto como una estatua y con sus ojos clavados en los nuestros.
Finalmente, logramos rodear el cobertizo y entrar por la parte trasera … ¿y sabes qué?
El pony.
Al escuchar ruido, se dirigió donde estábamos y se nos volvió a plantar delante. Ni un vigilante era tan diligente como aquel precioso animal.
Llegados a este punto, sólo nos quedaba hacer de tripas corazón y pasar el patio como si nada al lado del animal que, en el fondo, resultó ser un amor. Nos miraba, nos seguía, se acercaba amistosamente a nosotros y hasta pudimos acariciarlo … En fin, lo que es la sugestión.
Los obstáculos que tuvimos que sortear para llegar a esta casa, valieron la pena. Nada más entrar por la puerta, nos quedamos atónitos ante lo maravilloso que es el sitio.
Los techos decorados con un gusto exquisito, reliquias antiguas descansando plácidamente sobre los muebles y una sensación de calidez, hacía presagiar que estábamos ante un gran abandono que de buen seguro, fue un entrañable hogar.
No hemos encontrado la suficiente documentación como para hacer una reconstrucción de la vida en los habitantes, sin embargo, sí podemos hacer algunas suposiciones a raíz de lo que vimos.
Estamos en una casa construida sobre 1920 en la que residió una familia acomodada. Los lujosos muebles tallados, los techos que parecen obras de arte y un gran altar hecho en piedra, no estaba al alcance de cualquiera.
Por el número de habitaciones, tuvo que haber una familia compuesta por un matrimonio y dos hijos. Si nos atenemos a los estereotipos de antaño con los colores de las habitaciones y el género de los niños, había un chico y una chica, supuestamente la chica dormiría en la estancia color rosa y el chico en la marrón, sin embargo, la estancia marrón contiene objetos femeninos como perfumes y maquillaje, mientras la rosa tiene un animal disecado, curioso, ¿verdad? ¿A qué se podría deber esto?
Y una última pregunta a la que vamos a tratar de dar respuesta, ¿cómo se ganaban la vida?
Nos resulta difícil saber a qué se dedicaba esta familia con la información que tenemos, sin embargo, hemos visto una serie de documentos relacionados con empresas de vehículos pesados como grúas, perforadoras, etcétera, junto a tarjetas de empresas de camiones y transporte de materiales.
¿Qué te sugiere todo esto?
Pensamos que debían dedicarse a la construcción, no sabemos si como contratista, jefe de obra, o intermediación entre constructoras de obra civil y proveedores de servicios. En cualquier caso, todo apunta a que tuvieron una vida razonablemente acomodada.
Deducimos que los hijos marcharon de casa cuando crecieron, quedándose en ella el matrimonio que disfrutó de una plácida jubilación en un enclave privilegiado rodeado de naturaleza.
Las últimas revistas y papeles que encontramos son de los 90. A partir de ahí, se pierde cualquier signo de vida en la casa, lo que nos induce a pensar que falleció el matrimonio con una avanzada edad y la casa quedó deshabitada.
No parece que ninguno de los hijos se haya hecho cargo del lugar, sin embargo, parece evidente que algún vecino ha aprovechado los terrenos para tener un pony, un bonito pony.
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