En la zona donde está esta casa embrujada, se dice que hay historias de fantasmas, concretamente, el espíritu de la mujer que allí vivió, permanece en el lugar velando por el cuidado de esta casa abandonada encantada.
Cuando visitamos este lugar, no vimos fenómenos paranormales, sin embargo, tuvimos la sensación que una presencia nos acompañaba a lo largo del recorrido, no que nos hizo pensar si realmente nos encontrábamos en una casa encantada.
Cuenta la leyenda popular que en esta casa habita el espíritu de la mujer que aquí vivió, velando por el cuidado del cada día más decadente y ruinoso estado del lugar.
Si eres habitual en este canal, sabrás que no somos particularmente sensitivos, ni hacemos ningún tipo de contenido paranormal, sin embargo, hay sitios que parecen desafiar las reglas de lo racional, haciendo temblar los cimientos de incluso los más escépticos.
Habíamos escuchado historias acerca de esta casa, pero no solemos hacer mucho caso a las leyendas populares, de hecho, creo que no hay abandono que no tenga algún acontecimiento más o menos perturbador.
Antes de grabar, reconocimos la casa para asegurarnos que era relativamente segura y ponernos en marcha. No tardamos en sentir una atmósfera cargada, aunque sin lo que podríamos llamar, malas vibraciones, lo que no evitó que tuviéramos escalofríos durante parte de la visita.
Curiosamente, el comedor fue donde más incómodos nos sentimos, es como si alguien nos acompañase mientras recorremos la casa, haciéndose más presente en esa estancia.
¿Quién podría ser esa presencia? No lo sabemos, ni tan siquiera, sabemos si éramos nosotros mismos que sugestionados o no, no es nuestro campo de investigación, en todo caso, nos sumergimos entre los pocos documentos que vimos para intentar desgranar lo que acompañaba la casa.
Nos remontamos al año 1914, cuando nació Arnau, quién se convertiría en el padre de familia en esta vivienda.
Arnau era un tipo rudo, de los de antaño, de los que nacieron en una época difícil y tuvieron que cargar a sus espaldas con los dramas de una guerra.
Deducimos que Arnau contrajo matrimonio con Mercè, y tuvieron por lo menos, un descendiente.
Su principal fuente de ingresos provenía de la agricultura, aunque también tenían algo de ganado, quizá para consumir sus propios productos, quizá para complementar los ingresos.
Las duras jornadas de trabajo, les pasaron factura, ambos tuvieron problemas en las rodillas, algo que no es ajeno a aquellas personas que se dedican al cultivo del campo.
Arnau dejó este mundo a inicios de siglo cuando ya contaba con 90 años. No tenemos constancia de qué sucedió con su descendencia y su mujer, presumiblemente, Mercè, se hizo cargo de la casa acompañada de un hijo, coleccionando esquelas, hasta su fallecimiento.
Se rumorea que Mercè continúa vagando por la casa, cuidando lo que un día fueran sus enseres, acogiendo a los visitantes respetuosos, y echando a aquellos que se atreven a no cuidar de su hogar.
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