Vas a realizar un viaje a través de la oscuridad del alma humana que habitó en esta mansión abandonada. Manipulación, mentiras y falta de escrúpulos. Todo al servicio de la avaricia desmedida, a cualquier precio.
Verás.
Cuando visitamos un lugar abandonado, nos adentramos en una burbuja que nos lleva a otra realidad, otro tiempo, otras vidas.
El tiempo que pasamos en cada sitio se transforma en una experiencia única que documentamos con todo el cariño del mundo para compartirla contigo, aunque hay cosas que, de momento, a través de la pantalla de un teléfono móvil o una televisión, no podemos hacerte partícipe.
El olor a cerrado, polvo y humedad.
La atmósfera que rodea el lugar.
Y lo más importante, lo que nos gusta llamar los intangibles, las sensaciones y emociones que despierta no sólo cada abandono, sino cada estancia, a veces tan distintas entre ellas que no parecen pertenecer al mismo sitio.
En esta increíble granja, sí, has escuchado bien, granja, estábamos absortos y desconcertados por la opulencia que veíamos mirásemos donde mirásemos.
Muebles tallados a mano con todo lujo de detalles. Una increíble vajilla digna de cualquier palacete. Pianos, en plural, donde debieron sonar entrañables melodías a la luz de las velas y largo etcétera que vas a poder ver con tus propios ojos.
Si sigues este canal, sabrás que ni somos particularmente sensitivos, ni lo buscamos. A pesar de ello, algunos abandonos nos dan lo que podríamos llamar “malas vibraciones”.
No era el caso de esta casa.
Entre tanta belleza y ostentación, nos sentíamos tranquilos, en paz.
Nada vaticinaba que, Olivier, la última persona que habitó la granja, fue un tipo con pocos escrúpulos que no tuvo reparos en usar todas las artimañas de las que fue capaz para adueñarse de lo que no era suyo.
Comencemos por el principio.
La granja se encuentra en una región francesa predominantemente agrícola y ganadera que tuvo uno de sus mejores momentos en cuanto a desarrollo socio-económico a inicios del siglo XX.
Por aquella época, los padres de Olivier, unos jovenzuelos enamorados, se instalaron en la granja que cuenta con una gran extensión de terreno fértil para el cultivo y la crianza de ganado.
Trabajaban de sol a sol, de lunes a domingo.
No había descanso para ellos.
Fruto de este trabajo, y la alta demanda de sus productos, no tardaron en ganar ingentes cantidades de dinero que con el tiempo se acabaron convirtiendo en toda una fortuna con la que se sustentaban tanto ellos cómo cuadrillas de trabajadores que les ayudaban con sus tareas diarias.
Entre tanta tarea, el matrimonio encontraba momentos para dar rienda suelta a su amor, amor que trajo a este mundo dos niños, Roxanne y Olivier.
Los pequeños crecieron en un ambiente de mucho trabajo y responsabilidad, pero también gozaron de una infancia sin carencias económicas, rodeados de lujos y teniendo una excelente educación, algo sólo apto para los más acaudalados de la época.
Quizá esta sobreprotección y comodidad influyera en las malas artes de Olivier. Quizá no. Quizá sólo naciese con el alma negra.
Cuando Roxanne y Olivier alcanzaron la mayoría de edad, abandonaron la casa familiar, suponemos que para continuar su educación en una gran ciudad.
Los padres continuaron al cuidado de la granja y generando fortuna.
Injusticias de la vida, la madre enfermó joven y falleció con menos de 50 años a mediados del siglo pasado, dejando un desconsolado viudo que se quedó sólo en la enorme casa, con todos los quehaceres cayendo sobre sus hombros.
Olivier, no sabemos si llamado por el dinero que podía coger como herencia, o por cariño a su padre, volvió al domicilio familiar a inició sus argucias, reclamando la herencia de su madre bajo el pretexto de que ella le había dicho verbalmente que toda su fortuna iba a ser suya, hecho que no se pudo demostrar ya que según parece, el testamento nunca apareció.
Olivier no pudo hacerse con dinero y patrimonio ya que su padre se interpuso, haciéndose cargo de todo. Ante este escenario, Olivier se quedó en la granja, disfrutando sin complejos de sus caras aficiones, mientras, supuestamente cuidaba de su padre.
Probablemente, hubiera algo de verdad y algo de interés en las intenciones de Olivier. Nunca sabremos qué pesaba más en su mente.
Los años fueron pasando en la granja con Olivier y su padre como únicos inquilinos, no tenemos constancia del lugar de residencia de Roxanne durante este tiempo, lo que sí que parece, es que tenían contacto periódico entre la familia.
Olivier se dedicó a una de sus pasiones, las carreras de caballos, donde ganó varios trofeos que hemos podido ver en el vídeo. También cultivó su afición por la ornitología, comprando incluso una colección de un prestigioso ornitólogo de mucho prestigio en la época, libros que actualmente tienen un gran valor.
Durante este tiempo, la granja fue re decorada con mobiliario de gran valor, no apto para cualquier bolsillo, dejando el sitio lleno de reliquias de un gusto exquisito.
A mediados del siglo pasado, el padre de Olivier y Roxanne, falleció, hecho que desencadenó una serie de acontecimientos que rompería la familia para siempre, te lo explicaré en el siguiente vídeo, sin embargo, no te dejaré con las ganas de saber cuáles fueron los primeros acontecimientos.
Antes de que se iniciare el complejo proceso de herencia, y dado que por segunda vez en la vida familiar, no había testamento escrito, Olivier sacó ingentes cantidades de dinero de la cuenta de su padre por su propia cuenta, hecho que no era legal, o por lo menos, no lo era hasta que se hubiese aclarado cómo se repartía la herencia.
Ni que decir tiene, que se quedó en la granja viviendo, disfrutando del mobiliario tan costoso que había comprado unos años antes, sin parar de disfrutar de sus caras aficiones que iba financiando con el dinero que había robado.
Y esto, sólo fue el principio.
Recapitulemos un poco.
Nos situamos en los 50 del siglo XX.
Los hermanos habían marchado de la granja familiar, sin embargo, Olivier volvió con su padre a la muerte de su madre, supuestamente para hacerle compañía, compañía que no le salió barata a su padre ya que gastó ingentes cantidades de dinero en reformar la casa y vivir a todo trapo.
Al fallecer el padre, sin testamento, o por lo menos sin que el testamento fuera hallado, Olivier que tenía acceso a sus cuentas bancarias, sacó grandes cantidades de dinero para quedarselo por si había una disputa legal por el patrimonio familiar.
Roxanne, ante la falta de testamento y tras darse cuenta de lo que estaba haciendo Olivier, trató de convencerle por todos los medios posibles de que hablasen para repartir la herencia familiar, pero Oliver se negó sistemáticamente.
El contencioso entre hermanos duró años. Roxanne reclamaba a Olivier su parte y le reprochaba que mientras estuvo cuidando de su padre, no aportó dinero a la familia, sino que vivió a cuerpo de rey con el dinero que ella misma iba enviando mientras su padre hacía caja y él iba despilfarrando.
El litigio acabó mal para Roxanne
Tras los años de intenso conflicto familiar, parece ser que Roxanne desistió de reclamar más de lo que por ley le correspondía. En ese momento, se estima que Olivier se había hecho con un monto de 1.000.000 de euros fruto del saqueo de las cuentas paternas.
Esto podría parecer el final de las pugnas familiares, pero nada más lejos de la realidad.
Estimamos que en la década de los 70, casi 20 años después de la muerte del padre de Olivier y Roxanne, murió un primo de ambos, curiosamente, también sin testamento.
Olivier, ni corto ni perezoso, se lanzó a reclamar parte de esta herencia, lo que le volvió a meter en un litigio legal que duró años, pero del que salió beneficiado con una parte de la herencia que incluía terrenos con un valor de decenas de miles de euros, lo que le permitió continuar con su vida de caprichos y lujos a costa del patrimonio de los demás.
Quién le iba a decir que la vida le deparaba un final a la altura de su maldad.
La vida de Olivier no tuvo carencias económicas, pero si afectivas. Nunca se casó ni tuvo hijos, así que allá por el 2010, siendo un anciano solitario y sin familia que le apreciase, se vio obligado a marchar de la granja y entrar en un asilo en el que acabó muriendo pocos años después.
Murió sin testamento.
No sabemos qué habrá sucedido con el dinero que pudiera quedarle en las cuentas, sin embargo, hemos podido ver en primera persona lo que pasó con su granja, granja que, posiblemente, acabará siendo consumida por la decadencia en un periodo de tiempo no muy largo.
Por cierto,
Experimenta emociones que rompan tu rutina, revive historias situadas entre el misterio y la melancolía y descubre otra forma de mirar el mundo.
Te apuntas gratis. Si no te gusta, te borras gratis.
Cada semana, un nuevo viaje. Justo aquí debajo 👇