¿Quieres hacer un viaje de 1000 años por un pueblo medieval sin salir de Barcelona? Sí, sé que suena un poco extraño, pero nada más lejos de la realidad! Mura, situado en Barcelona, es el sitio ideal para visitar un pueblo detenido en el pasado que conserva toda su esencia.
Silencio, calles empedradas, el cantar de los pájaros acompañandote por el camino. Impresionantes casas que parecen fortificaciones, algunas habitadas, y otras abandonadas a su suerte, pero firmes, dignas, en pie, envejeciendo de forma envidiable.
Este entorno idílico no está reñido con la diversidad turística. ¿Viajas en familia? Sin problemas!! ¿Vuelas libre y ansías aventuras? También tienes espacio! … vamos a adentrarnos en Mura, ¿me acompañas?.
Sitios con encanto mires donde mires
Tal como lees, Mura está lleno de sitios con encanto. No son monumentos, ni estatuas, ni grandes parques, son esos pequeños detalles que te ofrece el paso del tiempo en un lugar con tanta historia como este.
Puertas deterioradas con grandes candados, cerrando el paso hacia lo que seguro son preciosas casas abandonadas -o esperando el regreso de sus dueños-, llenas de recuerdos y artículos pintorescos, rodeadas por grandes muros de piedra.
Ventanas con telas de araña, atravesadas por grandes ornamentos de hierro que se hunden en la piedra sin piedad, protegiendo los ojos de las casas hacia el mundo exterior, sin dejar que pasen ni los rayos de sol, ¿qué mundo habiratá al otro lado?
Mura, un pueblo medieval de Catalunya con encanto
Situado en un enclave privilegiado, el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, Mura cuenta con más de 1000 años de historia. El nombre del pueblo viene de muro, pared o fortaleza.
Mura crece en torno a la iglesia de Sant Martí, documentada en el año 1088, aunque el pueblo como tal tiene referencias de unos años antes, concretamente, del 978. La progresión de la población no fue rápida, se estima que en el siglo XIV viviían alrededor de 32 familias, aunque la población redució a causa de la pesto negra hasta bien entrado el siglo XV.
Como consecuencia de las guerras que sucedieron las dramáticas consecuencias de la peste negra, la población no comenzó a recuperarse hasta el siglo XVII. En la actualidad, hay 224 habitantes según el Instituto de Estadística de Catalunuya.
Curiosidades de la historia
Entre las muchas curiosidades de la historia que se podrían hablar de este pueblo medieval, hay una que llama mucho la atención, la estructura del pasaje Camil Antonietti, una calle pintoresca donde las haya, cuyo nombre rinde homenaje al empresario del algodón que ordenó empedrar el pasaje en la que estaban sus viviendas.
En este pasaje, las viviendas están construidas en ambos lados de la calle, lo que hace que la planta baja esté dividida en dos, sin embargo, están comunicadas en las plantas superiores mediante los puentes con forma de arco que se aprecian en la siguiente imágen, comunicando cada casa con el huerto del lado opuesto, al borde del río.
Iglésia románica de Sant Martí
Tal como hemos visto anteriormente, la iglésia románica de Sant Martí fue el epicentro sobre el cual se erigió la población, así que merece una mención especial.
La iglesia se contruyó durante el siglo XI, y posteriormente se añadieron nuevos módulos a lo largo del siglo XI y XIII. En el año 1437, este impresionante monumento sufrió daños importantes a causa de un terremoto, lo que obligó a realizar algunas remodelaciones.
Ya en el siglo XVII, se incorporó un módulo adicional, concretamente el campanario en forma de torre. Todavía se conservan algunas partes de la iglesia original, como el muro norte que se puede ver desde el exterior.
Las cuevas de Mura
La formación de las cuevas es algo muy interesante. Existen multitud de formaciones en la tierra creadas por diferentes elementos, algunas por el hombre, otras por el golpeo de las olas del mar sobre una superficie rocosa, y un largo etcétera.
Muchos de estos lugares están abandonados por el destino, siendo sitios que en muchas ocasiones están cargados de leyenda, pero esto lo dejamos para otra entrada.
Las cuevas de Mura son una formación singular, de hecho, es de las pocas cuevas del macizo donde se encuentran. Se descubrieron a mediados del siglo XIX. Su formación deriva de la filtración de las aguas a lo largo del tiempo, dejando impresionantes caprichos de la naturaleza como estalactitas y estalagmitas dignas de ver.
Se puede llegar a estas cuevas sin ningún problema desde el mismo pueblo en una excursión no muy larga, el acceso es bueno y por el camino se puede disfrutar de la vegetación local y una tranquilidad exquisita.
Pueblo medieval, una mirada diferente
Mura invita a pasear con calma, disfrutando del entorno, sentándose en un banco a ver cómo pasan los minutos, escuchar el sonido del río, y mirar la historia viva.
Cada rincón ofrece un pequeño detalle. Curiosas formas de la vegetación. Construcciones perennes, de las que ya no se hacen. Espacios abandonados marcados por la huella del tiempo, bueno … y mosquitos si vas en verano!
Si tenías dudad en visitar este magnífico pueblo medieval de Catalunya, confío que se hayan disipado.
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