Exploramos una espectacular mansión palaciega que perteneció a un médico muy conocido en su región. Encontramos material médico antiguo en perfecto estado de conservación y algunas radiografías. Por si fuera poco, la casa cuenta con dos preciosos pianos.
Según la documentación que vimos, la construcción de esta imponente mansión palaciega se remonta a inicios del siglo XX, conservando una gran cantidad de detalles arquitectónicos del siglo pasado.
Pasear por las estancias de este lugar es todo un lujo de contrastes entre preciosas estancias de descanso y salones elegantes que luchan por mantenerse en pie ante la crueldad del paso del tiempo.
Cuando exploramos en zonas rurales, en particular fuera de nuestro país, debemos ser súmamente cautos si no queremos notar los ojos de los vecinos abriéndose camino disimuladamente entre setos para ver quién sómos y qué vamos a hacer, o incluso descubrir cómo repentinamente en ciertos lugares los habitantes parecen quedar de acuerdo para sacar a pasear el perro a la vez en la misma zona que estamos.
La solución es sencilla, no hay mucho misterio, discreción y no llamar mucho la atención.
El primer paso para conseguir esa complicada, digamos, invisibilidad, pasar por aparcar bien el coche en un sitio alejado de la zona a la que vamos, tarea que puede convertirse en toda una odisea. Créeme. Un vehículo con matrícula de un país ajeno aparcado entre matorrales, en una cuneta, o en una población con sólo cuatro o cinco coches, despierta el olfato hasta del sabueso más torpe.
Continuamos con la aproximación al lugar que pretendemos visitar. Según donde esté, puede ser una maravilla en la que nadie te puede ver, o puede requerir pasear por medio de un pueblecito donde lo más raro que pasa es que se escuche una conversación en la calle, así que imagínate ver a unos tipos con ropa deportiva, caminando con sus mochilas y cara de no haber roto un plato. En fin. Un poema.
Una vez sorteados todos esos obstáculos exitosamente, llega la entrada, en este caso, una preciosa mansión que impone con solo mirarla. Mientras nos íbamos acercando, nuestra mente funcionaba a mil por hora, pensando en los tesoros ocultos que habrán en su interior que nos trasladarán a otra época. Una estampa de otros tiempos en la que nos permitiremos soñar durante un rato cómo habría sido nuestra existencia en aquellos momentos.
Deducimos que la casa perteneció a un doctor en medicina, ya que encontramos una antigua máquina de electromedicina, así como radiografías y libros de medicina en una sala que bien podría haber servido de consulta. Todos estos elementos nos llevan a pensar que podría tratarse un médico especializado en reumatología o traumatología.
Eran amantes de la música, no sólo tenían un piano, sino que contaban con dos, uno de pared y otro de cola corta en muy mal estado, algo que dentro de lo profanos que somos en este campo, nos pareció insólito para una mansión de estas dimensiones.
Encontramos documentación de 1914, así que probablemente la mansión sea de finales del siglo XIX o inicios del siglo XX. En la década de los 80 se realizaron algunas remodelaciones, aunque por lo que vemos, se respetó la arquitectura original.
Los últimos documentos que encontramos, son de la década de los 90, a partir de ahí, perdemos el rastro de cualquier actividad en el lugar, lo que nos lleva a pensar que la mansión puede llevar abandonada alrededor de 20 años.
La casa cuenta con una habitación de matrimonio y tres que por el tamaño parecen individuales, de modo que posiblemente viviera el doctor con su mujer junto e hijos, en un hogar cargado de ciencia y música, hogar que en la actualidad sólo es transitado por la soledad y algunos exploradores que nos aventuramos a recrear una parte de su historia.
Relatos del pasado con hechos curiosos y misteriosos de nuestra historia en tu bandeja de entrada. Te apuntas gratis. Te borras gratis.