Exploramos una increíble mansión abandonada intacta por dentro llena de todo tipo de recuerdos y reliquias. Lo más impresionante es la cantidad de búhos que llegaban al extremo y joyas de oro y plata.
Llevábamos muchas horas de viaje, estábamos cansados, sin embargo, algo nos impulsaba a seguir con nuestra aventura, como si una fuerza mayor nos empuja a continuar adelante.
En ese momento, no éramos conscientes de la maravilla que íbamos a ver, ni que encontraríamos joyas de oro y plata y menos aún, que veríamos una cantidad anormalmente exagerada de representaciones de búhos en multitud de formas y colores.
Cuando llegamos al sitio marcado con una chincheta virtual en el mapa, como es habitual, buscamos un lugar discreto donde dejar el coche a una cierta distancia para pasar lo más desapercibidos posible.
Bajamos del coche agarrotados tras tantas horas de trayecto, nos estiramos un poco, nos equipamos con nuestras mejores galas para explorar, y nos lanzamos a caminar por una pequeña y oscura carretera sin más luz que el tenue destello que emitía la linterna al mínimo de intensidad.
No íbamos solos, un manto de estrellas brillantes parecían guiarnos a nuestro destino.
Cuando accedimos al recinto de la casa, comprobamos que realmente estábamos ante un abandono, hecho que no tardamos en certificar, así que nos lanzamos a buscar un acceso a su interior.
Lo logramos.
Viajábamos con Maykis y nuestro amigo Victor. Ninguno de los cuatro fuimos capaces de articular palabra durante un rato. Allí nos encontrábamos sorprendidos ante tal cantidad de detalles que nos tenía anonadados.
No tardamos en darnos cuenta de la gran cantidad de representaciones de búhos. Al principio, parecían las típicas figuras de la suerte que hay en muchas casas, pero pronto vimos que también había vidrieras y más detalles con esta preciosa ave. Si crees que exageramos, fíjate bien, probablemente te sorprenda.
No sé ni cuánto tiempo estuvimos examinando las estancias cargadas de objetos y recuerdos, pero fue un bien.
Grabamos y como es habitual, miramos si podíamos encontrar información para tratar de recrear la historia del lugar, pero todo esto, lo dejamos para la segunda parte del vídeo.
Históricamente, se ha considerado en muchas sociedades a los búhos como animales vinculados con la sabiduría y la protección, siendo considerados también portadores de buena suerte, motivo por el cual se han adoptado sus figuras como elementos de prosperidad y protección del hogar.
Dentro del particular gusto que tenía el matrimonio por la estética de su hogar, visitando la casa, tuvimos la impresión de que fue un lugar acogedor, apacible y cuidado con mimo.
En la actualidad, el que fuera el hogar de los Muller hasta sus últimos días, conserva una gran cantidad de recuerdos y vivencias que parecen impregnar sus estancias, estancias en las que se respira hospitalidad.
El hogar de los Muller se encuentra en Francia, sin embargo, no se instalaron pronto en el país, ya que desarrollaron su carrera profesional en su país natal, los Países Bajos.
Según hemos podido averiguar, el Dr. Muller era un prestigioso biólogo que trabajó en el ámbito académico y la docencia, contando con diversos estudios de investigación en su haber y coordinando investigaciones científicas.
En cuanto a la señora Muller, no hemos logrado obtener información significativa de su trayectoria profesional. Es posible que tuviera interés por el turismo y presumiblemente, también fuera aficionada a las manualidades.
Los Muller tuvieron una hija, de la que hemos podido ver una bonita foto en la primera parte del vídeo y alguna diapositiva antigua donde aparecía jugando entre tulipanes.
Se integraron completamente en la comunidad de la región francesa donde decidieron pasar los últimos años de sus vidas, participando incluso en concursos de repostería con muy buena clasificación.
Aparentemente, participaron del desarrollo social y económico de la población con algunas iniciativas que aportaron prosperidad a la zona, sin embargo, su historia se truncó hacia 2015, fecha en la que desaparecen todas las referencias documentales del matrimonio y el lugar cae en el abandono.
Pensamos que la hija hizo un intento de empaquetar los objetos personales para llevárselos, pero por algún motivo, se quedó a medias y nunca volvió.
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