Mi querido amigo Stephen King tiene una frase que me encanta.
”La confianza del inocente es la herramienta más útil del mentiroso”
Hablando de confianza, no comenzaré mintiéndote.
Stephen King no es mi amigo, pero la frase sí es suya.
Más que nada por si tenías alguna duda.
Verás.
Las relaciones humanas se sustentan sobre infinidad de elementos, la mayoría de ellos intangibles e interpretables, lo que hace casi imposible determinar que hace que las personas establezcamos vínculos fuertes.
Este debate es muy interesante, bueno, para mi, igual a ti te parece un tostón. En lo que seguramente si estemos de acuerdo, es que es muy extenso para un correo, así que resumiré.
Dentro de esa amalgama de elementos que hace que las relaciones sean firmes, está la confianza.
La confianza es fundamental para construir algo serio.
Confianza mutua, me refiero.
Y aquí, se abre una segunda vía que el magnífico Stephen King explota hasta la saciedad en sus libros y refleja tan claramente en su frase.
La confianza verdadera, en la que las partes implicadas están realmente comprometidas.
Si cualquiera de los implicados es un mentiroso, un caradura, o peor, un pu-to manipulador, el problema está servido.
Esa persona se aprovechará consciente y descaradamente de cualquiera que haya bajado sus defensas en aras de la brutal e inigualable confianza, exprimiendo lo que le dé la gana exprimir en su propio beneficio, y cuando no quede una gota más que sacar, desaparecerá.
Si crees que exagero, que le pregunten a Roxanne, la hermana de Olivier, un caradura que aprovechó que sus padres murieron sin testamento para quedarse con las propiedades y la fortuna familiar sin que le temblase el pulso.
Quizá esta hazaña no le pareciera suficientemente molona a Oliver, que repitió exactamente los mismos pasos con sus primos cuando murieron sus tíos, aunque aquí no consiguió quedarselo todo, ya que los hijos tenían preferencia en el testamento, lo que no impidió que comiera una parte del pastel.
Dicho esto, no me gustaría dejarte con un sabor amargo cuando leas este correo, ya que creo firmemente que cuando las relaciones de confianza son mutuas y sólidas, son segundas intenciones, se crea un caldo de cultivo maravilloso y forja vínculos excelentes y casi inquebrantables.
¿Tienes relaciones de verdadera confianza?
Espero que sí.
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